Cualquier cosa que toca, la convierte en oro: estamos hablando de Tom King, un guionista capaz de moverse entre personajes menores y grandes nombres, entre obras mainstream y trabajos más de nicho, manteniendo siempre intacta su firma estilística, su (fuerte) autoría. Cuando colabora con el dibujante Mitch Gerads (como en Sheriff of Babylon, Mister Miracle y Strange Adventures), la alquimia parece verdaderamente perfecta.
En este caso, King y Gerads han inaugurado una nueva serie de Batman titulada The Brave and the Bold, al igual que la publicada por DC Comics entre los años cincuenta y ochenta que veía al hombre murciélago acompañado en cada cómic por un diferente superhéroe. En esta ocasión, sin embargo, para acompañar al héroe es en cambio un criminal, el Joker.
La historia narra el primer encuentro/enfrentamiento entre Batman y su némesis con un enfoque hiperrealista, enfatizado en ocasiones por los trazos de Gerads. Estamos al comienzo de la carrera de Bruce Wayne como vigilante, y la amenaza del Joker se asoma por primera vez en Gotham City. Primero el enfrentamiento a distancia y luego el enérgico enfrentamiento final entre los dos lleva a una pregunta inevitable: ¿realmente solo el criminal está fuera de sí o también lo está el héroe?
King y Gerads parecen inclinarse precisamente por esta segunda posibilidad, mostrándonos a Batman y al Joker como dos caras de la misma moneda, mucho más que en el pasado, sin cuestionar por ello todas las historias que hemos leído anteriormente y las caracterizaciones conocidas de los personajes: por un lado, un psicópata traumatizado por su pasado, por el otro, un hombre impulsado de manera obsesiva por sus impulsos vengativos. Adivinen ustedes quién es quién.
Los dos autores quisieron construir más bien un homenaje a la historia compartida de ambos, proponiendo una síntesis efectiva de su relación. Para ello, partieron de la historia de debut del Joker, publicada en Batman 1 de 1940, que recrearon y ampliaron en parte. A lo largo del camino, también hicieron referencia de manera directa o indirecta a muchos otros momentos importantes del pasado, desde El hombre que ríe de Steve Englehart y Marshall Rogers, una de las mejores historias de Batman de todos los tiempos, hasta Killing Joke de Alan Moore y Brian Bolland (con una exitosa inversión de su clásica escena final).
Pero incluso hay espacio para L’uomo che ride de Paul Leni, película muda de 1928 de la cual Bill Finger, Bob Kane y Jerry Robinson se inspiraron para crear al Joker, mencionada con una solución narrativa muy peculiar: cuando el criminal habla, en lugar de en los bocadillos, sus palabras se muestran en viñetas que reflejan gráficamente las pantallas de diálogo de las producciones cinematográficas pre-sonoras.
Esta idea está lejos de ser cursi, gracias sobre todo al fuerte sentido narrativo de King y Gerads, que logran dar una buena sustancia y un sentido narrativo a una solución formal que de otro modo sería superficial. Además, la trama en Batman: The Brave and the Bold queda casi en segundo plano: lo importante es ver a los dos protagonistas reflejarse mutuamente. Todo lo demás es poco más que un agradable acompañamiento.
Artículo originalmente publicado en Fumettologica y aquí presentado en una versión editada.
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